Según la información oficial, un grupo de criminales liderados por José Noriel Portillo Gil, alias El Chueco, irrumpió en el templo el lunes por la tarde y asesinó primero a Pedro Palma, de 60 años, guía turístico conocido en la zona, y después, a los sacerdotes que corrieron a auxiliarlo, Javier Campos, de 79 años y Joaquín Mora, de 80. Los criminales arrastraron sus cuerpos a una camioneta y huyeron. Los tres hombres se encontraban desaparecidos hasta este miércoles.
La indignación nacional e internacional de la comunidad jesuita, que ha incluido la condena incluso del papa Francisco este miércoles, ha presionado a la Fiscalía estatal para localizar los cadáveres de los dos sacerdotes que llevaban casi toda una vida trabajando en una de las zonas más pobres y marginales de México.
El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador informó este miércoles que ha enviado a soldados del Ejército para participar en la búsqueda de los cadáveres y la captura de El Chueco, a quien consideran un líder del narco local, acusado de homicidio y delincuencia organizada. “Se está haciendo una investigación, hay ya elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional, que actuó de inmediato, hay una búsqueda. Ya se tiene identificado al responsable, al homicida, y vamos a seguir con las investigaciones”, señaló el mandatario.