Siete goles, tres palos y un gol anulado, pero sobre todo la sensación de que Hansi Flick ha dado con la tecla para una goleada y un fútbol que hacía mucho que no se veía por parte de los azulgrana, un 7-0 ante el Valladolid para seguir arriba en la tabla en solitario y demostrar que continúa con su particular ‘flow’.
Y es que todo funcionó en el Barça. En ataque y en defensa, en lo colectivo y en lo individual. El faro fue a veces Dani Olmo, otras Lamine Yamal y lució sobre todo Raphinha, autor de un triplete, el primero de su carrera profesional.
Tres goles, dos balones al palo y un tanto anulado. Ese fue el demoledor balance del Barcelona en la primera mitad en la que funcionó como un reloj. Todas las piezas sincronizadas para un fútbol efectivo y efectista, coral, con juego por las bandas y pases filtrados, algo que hace mucho no se veía por aquí.
Sin Marc Bernal, que estará muchos meses de baja por una grave lesión, Hansi Flick apostó por Marc Casadó en el mediocentro y respecto al once ante el Rayo estaba cantado que Dani Olmo sería titular.
La otra novedad fue Alejandro Balde por la izquierda. Pedri, tocado ante los vallecanos, también estuvo de salida. Pero a pesar de que los focos podrían centrarse en Lamine Yamal, en Lewandowski o en Olmo, el protagonista fue Raphinha, un estajanovista del fútbol, muchas veces criticado por el barcelonismo, pero que hoy, como pasó en Valencia, o en Vallecas, volvió a ser diferencial.
Suyo fue el 1-0, después de jugar con maestría al espacio. El pase de Cubarsí fue fantástico y el brasileño realizó un gran control orientado con el pecho y remató cruzado ante la salida de Hein en el minuto 20.
Pero en esos primeros veinte minutos pasaron muchas cosas más. Se vio cómo conectaba Olmo con todo el frente de ataque y la facilidad del egarense en el remate y en la combinación. Olmo, de hecho, remató al palo en el minuto 4, tras un pase de Lewandowski; y en el nueve marcó tras un gran remate de Raphinha rechazado por el meta.
Sin embargo, Olmo estaba en fuera de juego cuando remató. Basó su juego el Barça en el desborde de Lamine por la derecha, la movilidad de Raphinha, la capacidad de mezclar de Olmo y la genialidad de Pedri, siempre atento para filtrar pases.
El 2-0 llegó en el 24, con un gran pase de Lamine sobre Lewandowski y un control aun mejor del polaco, que bajó el balón y remató con la izquierda. El Barça, sin descomponerse, apenas permitía algún ataque del Valladolid, que se veía obligado a jugar muy cerca de la meta de Hein y sin posibilidad de continuidad en su juego.
Después de otro remate de Olmo al palo en el 41, esta vez tras demostrar que es capaz de armar su pierna en décimas de segundo, llegó el 3-0 a la salida de un saque de esquina lanzado por Raphinha y que Kounde remató a la escuadra de la meta de Hein en el descuento del primer tiempo.
Siguió fluyendo el Barça en el inicio del segundo tiempo. En el primer cuarto de hora se apuntó al ‘show time’, con acciones en las que brillaron Olmo, Lewandowski, Raphinha y Lamine, el póquer de delanteros. El polaco incluso volvió a rematar al palo en el 57 tras una asistencia de tacón de Lamine.
Hasta que llegó Raphinha en el 64 para resolver un lío en el área y anotar el 4-0, pero no se conformó el Barça con esto. Aumentó su presencia en el área rival y mostró su gran físico, el que le ha llevado a remontar dos de los tres partidos en las segundas partes en este curso.
El brasileño, el mejor hoy, fue el protagonista del 5-0, en otra maravillosa acción de Lamine Yamal, que condujo desde la frontal de su área, puso la aceleración y la pausa para filtrar un pase. Raphinha definió con calidad por debajo de las piernas de Hein en el 72.
Y no dejó de apretar en una tarde redonda. Dani Olmo firmó el 6-0 en el 82 en una acción en la que demostró todo de lo que es capaz, con temple y calidad, y Ferran Torres cerró el marcador tras una asistencia de Raphinha (7-0, min. 85). El brasileño se llevó el balón a casa, Flick escuchó el calor de la grada y salió vitoreado. El Barça funciona.