Roque Santos, secretario general del Sindicato de Trabajadores Taxistas, adherido a la CTM, reconoció qué hay muchas quejas en contra de ellos por las condiciones en las que se desempeñan algunos trabajadores del volante.
“Es una gran verdad; yo al menos en mi grupo les digo que traten de ser diferentes, den un buen trato, traigan sus unidades limpias, vayan con una buena presentación para dar el servicio y no abusar en el cobro”.
Cuestionado sobre los abusos que cometen al elevar los cobros de forma significativa, respondió que “en la viña del Señor hay de todo” y por lo regular quienes incurren en ello son sus compañeros que laboran durante las noches.
“También tenemos que poner de nuestra parte porque yo veo los comentarios y la gente se nos echa encima (…) pero ellos no saben el esfuerzo que uno hace para comprar una unidad que vale con todo y seguro de contado en más de 300 mil pesos”.
También admitió que Uber sí paga impuestos al gobierno federal a través del Servicio de Administración Tributaria (SAT) mediante un régimen especial, pero el sector que representa ha erogado una concesión y es vigilado por Tránsporte Público Estatal.
Indicó que aunque la mayoría de los taxistas usualmente no expiden facturas, en caso de que alguna persona o empresa la requiera puede solicitar el servicio con empresas del gremio que están formalmente establecidas.